"FERIA
TAURINA DE SAN ISIDRO VISTALEGRE MADRID 2021" EL PODER ABSOLUTO Y LA REBELDÍA DEL ARTE.
FERIA TAURINA DE SAN ISIDRO VISTALEGRE 2021 : 7° SÉPTIMO FESTEJO DE ABONO. 5ª QUINTA CORRIDA : TOROS DE VARIAS GANADERÍAS. MANO A MANO : ROCA REY Y PABLO AGUADO.
Madrid : Feria de Vistalegre 2021
Por Mundotoro : mundotoro.com
En un escenario hermoso al fin, esperada esta tarde
como icono de casi todo, se enfrentaban (dicen) poder y arte. En esa querencia
insana de dar a uno para quitar a otro, tan hispana, no entra el toreo. Entra
la gente. De la tal forma es así, que la corrida quedó secuestrada por una
brutal cornada del primer toro al banderillero Juan José Domínguez, que puso una manta encima de una faena sobresaliente de Roca Rey. Y terminó con otra cornada a Pablo Aguado, que entró derechito a matar, quebrando feo el final de una
tarde de pasiones encontradas. El poder absoluto demostrado hoy y dese hace
tiempo por Roca Rey, conquistando a un público detrás de la mata, no anula
el toreo sublime, cumbre de lentitud y compás de Aguado, sin un solo toro para hacer algo más. El toreo
siempre ha sido así: el poder absoluto de un toreo profundo sigue siendo
hermano de sangre de la natural, frágil y natural insumisión del arte.
Con toros aptos para esta plaza por trapío, razonables excepto en la edad, romper a embestir, lo que se dice, romper, uno. El tercero, de Domingo Hernández. El resto, con un primero de Vegahermosa de mucho fuego en banderillas, pero más humo en la muleta, de fondo escaso y bravura corta. Ya en el paseíllo se sabía a que venía cada torero, rompiendo hostilidades Aguado al irse al quite en el primero de Roca Rey, que no quiso saber nada de embestidas empleadas. La respuesta del peruano fue echarse el capote a la espalda. Hubo otro cruce de espadas eligiendo la misma bala del mismo estuche de duelistas, por chicuelinas, en el segundo de la tarde, que escaseó en todo menos en feo estilo. Mucho hierro ilustre y cierta cura de humildad. Lo del capote de todos los capotes no llegaría gasta el cuarto, en las muñecas de Aguado. Que es capítulo narrativo aparte.
A pesar de la condición del primero, reservón, metiendo la cara entre
las manos, apretando hacia adentro, la faena de Roca
Rey tuvo
un fondo de gigante. Se había dejado ver Juan José Domínguez en
un par y el toro lo prendió y hasta tres veces hizo por el derrotando en
costado y pecho. Un drama de largometraje. Encogidos los corazones, Roca Rey se ancló por estatuarios pacientes en el
ir y huir del toro, terminando con dos pases por la espalda antes de irse a los
medios a darle celo y mando en dos tandas rotundas con la mano derecha. Ese
poder absoluto le había de anclarse con el compás abierto, muleta muy por abajo
y nunca ganar o perder un paso. Un imán la muleta, un eje el cuerpo en una
faena de kilates para la que pidió la oreja, pero que no se concedió.
Tuvo el cuarto, de Domingo Hernández, el fondo que no tuvieron los demás. Con plaza, astifino, tomó un puyazo de bravo, esperó en banderillas y rompió por derecho en una faena iniciada de pie en el centro del ruedo, de rodillas en el tramo central, rematada con molinete y pase de pecho. Allí mismo le ligó tres tandas de aúpa de una exigencia superior, soberbia la ligazón, vuelos por debajo de la pala del pitón. Un estatuario, un pase cambiado, y un toreo con la zurda de la misma guisa, al que, esta vez pareció que era mejor más sitio, menos poder absoluto. La respuesta del público fue matizada. Rompía a medias ante la visualización de lo magnífico. Puede ser porque el toro, de un fondo sublime y uniforme, pero sin carbón, restara algo. Listo Roca Rey, terminó con escalofriantes bernadinas cambiando el viaje antes de un espadazo. Ahí se entregó el público para las dos orejas.
Con tres que no dieron ni para uno, el toreo a la verónica de Aguado al
cuarto es pura rebeldía artística. Una insistencia en parar al toro, en
reducirlo de salida poniendo el cuerpo en vertical natural, es decir, que no
exista. Poco capote, brazos casi pegados al cuerpo, la mano que señala el viaje
casi dormido. Entraba en la suerte el toro de Garcigrande para
echarse una siesta en los vuelos, dormido en ellos. Cumbres los del pitón
izquierdo, también por el derecho. La media ahí está aun pegándola. Y un
milagro: en el engancho que hubo, o dos, el ole sonó igual. Aguado ha
recuperado que el toreo es intención. En el quite, de categoría, el toro ya
tropezaba más y en la muleta, y tras un torero inicio pierna flexionada y
rodilla en tierra, el toro echó el cerrojo.
Tuvo el sexto, toro fino y
serio de Cuvillo, un son dormido a media altura. Prometió
mucho una faena con dos tandas por el pitón derecho, un cambio de mano lento de
remate en el primero. Pero el toro comenzó a pasar de cansino a agarrase al
piso, a perder celo. Para dar honor a ese tramo de faena, al capote, a la
tarde, a la rivalidad sana, se tiró a matar derecho y el toro le prendió por el
mismo derecho para darle cornada certera. Un toro antes, el mas feo con el
hierro de Cuvillo, el poder absoluto de Roca Rey se había estrellado ante una falta
de raza y bravura evidentes.
Tuvo la tarde una gráfica
quebrada entre el horror de la visión del percance de Domínguez, el hielo a última hora de la cornada a Aguado, el lento deshielo hasta la entrega a Roca Rey y la
apoteosis capotera de Aguado. Todo cabe por
toro es toreo. Tratar de elegir entre poder y expresión, arte y valor (dicen)
es tanto como decir que Aguado no tiene
valor y que Roca Rey no tiene arte. Un simplismo del que
el pitón del toro no entiende. Al hule Aguado por
demostrar valor. De una sequía de casi dos años venía Roca Rey a causa de una cogida. Cuando llegó Aguado en volandas, terminaban de operar al
banderillero. Y en esa puerta a la que nadie quiere optar, se quedó Roca Rey
reclamado por esa hermandad de sangre que es el toreo. Lo demás, es cosa de la
gente.
FICHA DEL FESTEJO :
Plaza de Toros Palacio Vistalegre Arena de (Madrid). España. Miércoles, 19 de Mayo 2021. 7mo Festejo de Abono. 5ª Corrida de La “Feria Taurina de San Isidro Vistalegre 2021”.
Casi lleno sobre el aforo permitido.
• ROCA REY, ovación, dos orejas y silencio.
• PABLO AGUADO, silencio tras dos avisos, ovación con saludos y ligera petición después de ser trasladado a la enfermería.
Incidencias: Al finalizar el paseíllo alumnos de la Escuela José Cubero Yiyo de Madrid portaron una pancarta en el centro del ruedo con el lema ‘Tenemos un sueño: Ser toreros como Roca Rey y Pablo Aguado’. Diego Ramón Jiménez se desmonteró en el cuarto y José Chacón en el quinto.