"FERIA DE LA NARANJA DE VALENCIA 1998" ABELLÁN GRAN TRIUNFADOR EN LA ALTERNATIVA DE OTTO.
Sección : Feria de La Naranja 1998. Toros en Venezuela. Notas Históricas.
FERIA DE LA NARANJA DE VALENCIA 1998 VENEZUELA : 2° SEGUNDO FESTEJO DE ABONO. 2ª CORRIDA : MIGUEL ABELLÁN, PEDRITO DE PORTUGAL Y OTTO RODRÍGUEZ.
Valencia.- Venezuela. 16 de Noviembre de 1998. Segunda Corrida de la Feria de La Naranja. El venezolano Otto Rodríguez, Alternativa sin orejas. Miguel Abellán Dos Orejas con Salida a Hombros, Pedrito de Portugal corta una.
MIGUEL ABELLÁN FUE EL GRAN TRIUNFADOR EN LA ALTERNATIVA DE OTTO RODRÍGUEZ.
En la segunda corrida de la "Feria de la Naranja 98" y con media plaza se cortaron tres orejas saliendo contento el público de la imponente plaza de toros Monumental de Valencia. Bello desfile de la Escuela Sevillana de la señora Bigott dejando un hermoso espectáculo en la arena ocre del redondel carabobeño.
Muchas pancartas adornaron las barreras de la Monumental como la de la peña taurina "Los Gatos" de La Campiña presidida por Alberto Guerra. Mucho calor en la plaza, cero viento, lo que nos dejó ver las tres grandes faenas de los tres últimos toros, porque los iniciales debieron ser remitidos para un matadero por su sosería y mansedumbre.
OTTO RODRIGUEZ RECIBIO LA ALTERNATIVA Y NOS DEJO SU TOREO PROFUNDO
Otto Rodríguez, torero de la tierra salió vestido de blanco y plata, traje de primera comunión porque recibía el grado de matador de toros, tal como estaba anunciado en la cartelería ferial. Llegó y convenció y si no cortó oreja fue por el mal manejo de la espada, pero el público se le entregó toda la tarde. En su primer toro fue todo un galafate que salió a la arena claudicando de su mano izquierda, pero al final superó bien armado, fuerte y serio de cabeza, lo que no fue obstáculo para que lo capoteara con aseo el toricantano lo llevó muy bien al caballo, pero el toro siempre protestaba para embestir al peto, y se escupió cuando sintió el hierro mansedumbre que demostró hasta que murió cociando de lo lindo capotes y muletas, bien.
Mario González desde el caballo y con las banderillas el Maracucho y Pepe Torres cumplieron. Viene la ceremonia donde Pedrito de Portugal vestido de rosa palo y oro con cabos negros le entrega los trastos para convertir a Otto Rodríguez en nuevo matador valenciano. El cuarto que toma la alternativa en este redondel.
La gente de pie lo ovacionó cuando brindó a su padre Otto Rodríguez Jauregui quien luego le pasaba la montera a su esposa y madre de Otto, Doña Nieves Lemus de Rodríguez. Comenzó Otto doblándose en tres ocasiones con este toro que pensábamos cambiaría su mansedumbre por la docilidad, mas no fue así que aunque arrancándose de largo miraba siempre al torero de arriba a abajo. Y con este mal toro nos dijo el muchacho carabobeño cómo se torea con la derecha con el mayor aguante, porque el valor le sobra y la decisión le brota a raudales. Todas estas series de muletazos fueron rematados elegantemente con los pases de pecho y con forzados y si el toro salía distraído en algunas ocasiones, eso no amilanó a Otto Rodríguez para entregarse de nuevo con la mano diestra lo que el público ovacionó toda la tarde. El toro no tenía ningún pase por el pitón izquierdo. Jamás humilló y se iba a las tablas. Montó la espada en buena ración teniendo que usar el descabello donde fue certero.
Ovación cerrada al bisoño diestro y pitos al toro en el arrastre. Saludo desde el tercio. El toro se llamó "Playero" distinguido con el número 640, con peso de 432 kilos.
En su segundo toro de nombre "Lancero" número 605 con 444 kilos se fue a la boca de la puerta de chiqueros para ejecutar una larga cambiada de rodillas, saliendo elegantemente de la suerte. Instrumentó cuatro verónicas de vuelos espectaculares por la manera como templó las embestidas del animal. La ovación fue de lujo cuando remató airosamente por ambos lados. Manos bajas, embroque limpio, juego de brazos, muñecas y cintura, cargando la suerte para salir en cada espacio de la percalina con una seriedad y un aplomo admirable. El toro va a los caballos con mucha raza y empuje, propio de esa sangre española de Murube que cuando se entrega, la fiesta es grande. Quita Otto por chicuelina para rematarlas a una mano para que la ovación volviera a desgranarse sobre la preciosa arena del Cabriales luego del tercio, banderillas brinda al público para quedarse quieto, como un poste en cinco estatuarios inmensos sin moverse ni mucho menos haciendo mover los bordados de su traje que fue testigo del primer remate en un desdén parsimonioso.
Otto con la muleta en la mano diestra hace sonar la música con el pasodoble Nerva que fue el marco para adornar sus cuatro naturales con un temple envidiable parsimonioso propios y válidos para un torero que quiere ser alguien y no un mediocre más en el regimiento torero venezolano. Los derechazos fueron larguísimos, como clarinazos solicitadores de guerra y de cuartel para que desde esta alternativa se sepa que es un nuevo torero que, aunque un tanto cuello frío, jamás se divorcia de lo que el toreo debe tener como valía.
El público lo coreaba toda la tarde y con "Pases de las Flores" y con un trincherazo ligado, se pasó en redondo y hasta por la espalda al doble toro de El Capiro, remató de rodillas una tanda de derechazos y con preciosos molinetes del montinos engarzaba de nuevo la serie de pases de diferentes marcas para que en el tercero, el toro se quedara al lado de aquella montera, su montera, que cayó en los mismos medios, la plaza puesta de pie aupando al torero de la tierra quien envalentonado se descara en un desplante de rodillas soltando muleta y espada. Mala suerte cuando hubo de utilizar en más de una oportunidad la espada, recurrió al descabello en el momento que el señor Pablo González, presidente de la Comisión, ordenaba un aviso, no convocativo, sino como para notificarle, con este alarido de bronce que su faena había llegado al final; esto no fue ningún óbice para que el público lo obligara a dar una vuelta al ruedo devolviendo prendas de toda clase.
Atención aficionados, si este muchacho sigue por esta línea podremos contar con un torero de clase de profundidad en su quehacer y sobre todo de personalidad, tres ingredientes nada silvestres en esta dura profesión torera.
PEDRITO DE PORTUGAL
Le correspondió como primer toro un animal de 472 kilos señalado con el número 637 llamado "Fusilero" alto de cuerdas, negro y con dificultades para embestir porque al igual que sus tres primeros hermanos salieron sueltos y sin fijeza. Bien con la capa cuando lancio en tres ocasiones a pie juntos rematando con una airosa revolera. El toro fue a caballo dejándose pegar. Pedrito se vuelve a lucir con el capote con dos chicuelinas de mano baja recogida con un precioso remate, "el manguerazo" de Villalta. Llegado el tercio de muleta recibe de nuevo como lo indica el ceremonial taurino, la muleta y la espada de manos de Otto Rodríguez, quien a su vez acoge el capote de Pedrito de Portugal. Brinda al público este fino torero lusitano quien sentando en el estribo de la barrera ligó cuatro pasos por alto y luego yéndose de rodillas hacia el tercio, dejó cuatro muletazos más para rematarlo con uno de pecho; se para y con la muleta en la mano diestra deja una serie de lentos derechazos rematados con la "dosantina" tanto por el pitón izquierdo como por el derecho.
El fino torero nacido en Lisboa el 11 de febrero de 1975 comienza a someter a este toro que perdió el gas para tirar de él con cuatro derechazos largos parsimoniosos que fueron acompañados por la música y rematados a su vez con preciosos muletazos. Quiere seguir toreando, y en medio de una gran ovación y ante un toro que se raja, se mete entre los pitones para luego dejar una serie de bonitos adornos de prolongados abaniqueos que fueron meritorios para que la gente pusiera rojas las palmas de sus manos. Tres espadazos, tres descabellos y un aviso dejan para la historia su actuación, recibió una calurosa ovación.
En su segundo toro de nombre "Peluquero" un toro castaño, aleonado y aldinegro con 454 kilos y con número 353 en sus costillares, mansurroneo su salida cumpliendo a medias con el caballo para que Pedrito de Portugal ejecutara un bonito quite a pies juntos para llevarlo de nuevo al caballo. Pase en banderilla brinda al público y comienza el recital de Pedrito de Portugal desde el tercio hasta los medios del redondel, tanto con la derecha y por naturales deja una composición torera que fue ovacionada por el soberano, término éste que no entendemos por qué no le agrada al señor Pablo González, a lo mejor le suena a monarquía, pero nada se puede hacer porque nadie puede cambiar los canones sagrados de las fiestas de los toros.
Pedrito de Portugal hilvana 5 derechazos a media altura bajo un público emocionado cuando se va con una serie de "manoletinas" estimulando más a la plaza que se lee había entregado, espadazo caído que hace que el toro se eche. El público pide las orejas, el señor presidente Pablo González otorga una, el público insiste de manera notoria en que se conceda las dos y con un criterio que desde Taurinas de Notitarde le aplaudimos, no concedió el segundo trofeo. Bien por usted señor presidente. Pedrito de Portugal dio una celebradísima vuelta al ruedo bajo una bonita ovación de este público valenciano que lo aupó toda la tarde.
MIGUEL ABELLAN CORTO DOS OREJAS Y SALIO A HOMBROS
Bien vestido este torero de azul celeste y oro, joven nacido en Madrid, volvió a ganarse el público valenciano. Recibió a su primer toro de nombre "Limonero" con 494 kilos de peso y de número 635 con largas de rodillas para luego recetarle una serie de delantales que fueron muy ovacionados; el toro como los tres primeros de la corrida no servía por sus adentros, andaba mal la mansedumbre que la casta y la raza que debe tener un toro de lidia. Si bien Abellán estuvo a la altura, no consiguió nada que pudiera dejar en este papel, como meritorio liquidó al animal con medio espadazo y un descabello. Pitos al toro y aplausos al torero.
En su segundo número 633 y de nombre "Escopetero" con 470 kilos de peso, negro como la mayoría de sus hermanos, recibió una fuerte vara de Mario González; el toro sale suelto hacia el otro picador que está en los bajos de sol derribándolo estrepitosamente. Quita de nuevo Abellán por chicuelinas rematadas por tasalleras complementadas con una revolera. Bien Meléndez y el Maracucho en banderillas y como en todo el transcurso de la corrida se cambia el tercio con dos pares de banderillas, brinda al público Miguel Abellán comenzando de rodillas su faena que comenzó a ser coreada por el público. Es muy listo este apoderdante del célebre banderillero Rafael Corbelle porque con una serie de pases que motivaban a la masa taurina comenzó a ganarse la plaza y en varios terrenos comenzaba su composición hilvanando pases por altos derechazos, naturales con sus respectivos remates de rodillas enmarcados por el saleroso y caprichoso paso doble "Amparito Roca".
Aguanta por naturales porque el toro no obedece, se va con el "Pase de las Flores" célebre muletazo de la creación de aquel fino torero Victoriano de la Serna, lo que le permite enganchar de nuevo al toro con tres lentos y largos derechazos, la plaza estaba boca abajo, ya la corrida se había venido arriba y la gente empezaba a sentirse en la plaza de toros. Abellán logra tres naturales muy lentos y sentidos con molinetes con adornos de rodillas citando por la espalda como adornos y la plaza completamente entregada. Se perfila matar, el público pide más faena pero este chaval no cometió el error de la primera corrida al estar oyendo lo que no debe oír y más cuando un toro pide su muerte, el estocado fue de feria, el toro rodó como un ovillo sobre el plano arenoso de la ciudad del Cabriales y sin pensárselo dos veces el presidente echó los dos pañuelos para otorgarle las dos orejas; salió a hombros de la plaza.
MISCELANEAS DEL FESTEJO
Bonito el espectáculo que mostraron lindas damas valencianas vestidas de sevillanas bailando bellamente y dándole colorido al espectáculo. Asistió el ciudadano alcalde de la ciudad Francisco Cabrera Santos; se destaca la magistral interpretación de la banda municipal a cargo del maestro Jorge Castillo. El callejón limpio como lo debe requerir una plaza de primera categoría. Hermosa la entrega de las llaves de los toriles a cargo de Manuel Urquía al alguacil Pedro Guarenas. Bien los banderilleros Meléndez, Torres, "El Jonny" y el "Victoriano". Buenas varas de Mario González, la presidencia a cargo del señor Pablo González Vásquez acertada, justa mereciendo como lo habíamos dicho en líneas anteriores nuestro reconocimiento.
Una voz, salida desde la barrera de sombra de Daniel Martínez Malpica gritaba: Otto Rodríguez, tenemos toreros para rato; mientras Omar Sanoja Breña viendo hacia la presidencia, le lanzó esta "perlita" a Pablo: "Meñeñe"!... te salvaste de la pluma mortífera del zar.
Desde ahora y para la corrida del 29 de este mes, tercera corrida de feria en el mano a mano entre el revolucionador torero "El Juli" y Leonardo Benítez, vaticinamos un lleno completo, por lo demás nuestras felicitaciones a todos los que han contribuido a que esta feria siga su curso.
(Pepe Ventolera)
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