"FERIA DE BILBAO CORRIDAS GENERALES 2015" ESCRIBANO "POBRECILLO" Y LAS OREJAS DOMINGUERAS DE PACO UREÑA.
FERIA DE BILBAO CORRIDAS GENERALES 2015 : 9° NOVENO FESTEJO DE ABONO : 7ª SEPTIMA CORRIDA : TOROS DE D. VICTORINO MARTÍN : RAFAELILLO, MANUEL ESCRIBANO Y PACO UREÑA.
FERIA DE BILBAO CORRIDAS GENERALES 2015 : 9° NOVENO FESTEJO DE ABONO : 7ª SEPTIMA CORRIDA : TOROS DE D. VICTORINO MARTÍN : RAFAELILLO, MANUEL ESCRIBANO Y PACO UREÑA.
Corridas Generales : Feria de Bilbao 2015
El matador de Gerena pincha una buena
faena al mejor toro de Victorino Martín; el palco de Bilbao premia a Paco Ureña
con dos trofeos de nula categoría; Rafaelillo da la cara sin espada y el
banderillero Juan José Domínguez es corneado 'menos grave'.
Derechazo de
Manuel Escribano, que pinchó una buena faena al mejor toro de Victorino Martín
JOAQUÍN ARJONA |
ZABALA DE LA SERNA : Bilbao
Fuente : elmundo.es
Concluyeron las Corridas Generales con un puñado de toros que han embestido, fiascos demasiado marcados a parte, abandonada la esencia de Bilbao. Pero si uno suma las altas notas de tres de Jandilla -hay quien dice hasta cuatro-, uno de Puerto de San Lorenzo, dos de Garcigrande, dos de Alcurrucén -puede que tres-, incluso uno de Juan Pedro Domecq, la cosa se salvaría por arriba a pesar del muerto de Bañuelos en el maletero. Ese cadáver sin embargo va a pesar.
A ese ejército de salvación se alistó el quinto toro de Victorino Martín, que en banderillas se cruzaba como un demonio. Cuando Juan José Domínguez quiso cortar el viaje, a la salida del primer par de Manuel Escribano, el toro se le venció contra el cuerpo. Como el atropello de un camión. Domínguez se quedó hecho un ovillo, a la espera de que dejase de girar la moneda del destino. Y salió cruz: el albaserrada no perdonó. Blanco fácil. Escribano le planteó una faena con el poder del temple, la no violencia. Y el victorino respondió con fijeza y bondad por las sendas marcadas. Por las dos manos, Escribano toreó largo y despacio, asentado y muy fácil. Esa buena mano, la que ya acariciaba el triunfo, se le fue a los bajos con la espada. "Pobrecillo" se llevó consigo el rico premio en el arrastre mientras el torero de Gerena se maldecía.
Aun sin entrar en esa piara de toros notables, a Victorino le vale el primero. Por su dureza, su agresividad, su cambiante y encastada manera de embestir. Rafaelillo, sustituto de Antonio Ferrera, sudó la gota gorda con esa asfixiante sensación de tener al victorino siempre encima. Suplía el empuje que faltaba atrás -dos veces había perdido los cuartos traseros en los tercios previos- con un derrote bruto. Las dobladas del prólogo de faena y la derecha peleona de Rafael lo comprobaron, cuando no se quedaba. Un espejismo surgió por la mano izquierda con unos naturales de temple. Uno, dos y tres. Mas en la siguiente tanda el toro pegó por arriba, como si fuera otro. El matador de Murcia siguió apostando por la izquierda entre los diferentes registros de la embestida para toreros machos. Un pinchazo y la estocada contraria precedieron a dos descabellos y una ovación. Y una más recogió al pasaportar a un toro muy alto, más mulote que malote. Rafael Rubio le quiso echar los vuelos de la izquierda y así lo interpretó al natural. La pacífica embestida no terminaba de despegar y nada despegó definitivamente con el sablazo final.
Otra ración de ovaciones saludó Manuel Escribano al darle mulé a un victorino muy abierto de cara, corpulento de caída culata y tracción delantera. Embestía al paso, en medias arrancadas, apoyado en las manos. Escribano lo banderilleó con solvencia y con el explosivo par cambiado al violín. Muleta en mano supo darle los tiempos al toro, casi al unipase, tratando de prolongar lo improlongable. Mucho tiempo gastado.
Paco Ureña, con su primero. FERNANDO DOMINGO-ALDAMA.
Cuando el presidente soltó el pañuelo para dar una oreja a Paco Ureña, se escuchó en el tendido una garganta que se desgañitaba al grito de "¡patético, patético!". Uno no sabía ya si se refería al palco, al victorino flacón y sin fuerza o al pobre Ureña. El hombre quiere desmayar su toreo pero a la vez no se descuelga de hombros y pescuecea como si cogiese el móvil sin manos. De algunos pases salió tropezado por el toro, que se quedaba por abajo; y del volapié salió sin muleta y la estocada puesta. Dominguero trofeo, muy dominguero, Mathew.
Para fin de fiesta se rajó con su
pobre depósito un último toro negro que confirmaba que en la corrida de
Victorino no había dos iguales ni parecidos. De nuevo lo mejor de Ureña fue la
facilidad con la espada. Sin perder el engaño ahora. Y sorprendentemente le
volvieron a pedir otra oreja. Y Matías se la entregó. Jodó con el vigía del
prestigio de Bilbao con el torero de la casa...
Parte facultativo: Domínguez sufrió
una cornada en el muslo izquierdo de dos trayectorias de 4 y 12 cms. Pronóstico
menos grave.