"FERIA TAURINA DE SAN ISIDRO VISTALEGRE MADRID 2021" VISTALEGRE Y VISTAGORDA.
FERIA TAURINA DE SAN ISIDRO VISTALEGRE 2021 : 1ᵉʳ PRIMER FESTEJO DE ABONO. 1ª PRIMERA CORRIDA : TOROS DE EL PILAR : LÓPEZ SIMÓN, ÁLVARO LORENZO Y GINÉS MARÍN.
Madrid : Feria de Vistalegre 2021
Por Juan José Cercadillo : elconfidencial
La deslocalización me descoloca. Pero quien sea capaz de entender esta economía moderna que lo explique. No seré yo quien lo intente. Ni lo colaborativo ni lo circular de las nuevas propuestas de organización mundial de lo productivo pueden con el anhelo desaforado e irrefrenable del ahorro de costes. Supongo que ese ahorro es el causante de dar hoy con mis huesos, y la grasa que desgraciadamente les rodea, en la noble, antigua y singular tierra carabanchelera.
Deslocalizada la Feria de San Isidro de la Plaza Monumental de las Ventas sin un motivo —que no sea económico— que yo entienda, recalo con gusto aventurero de urbanita acomodado en las tierras altas y pedregosas que conquistó el gran Madrid hace ya un tiempo. Carabanchel como tantos pueblos limítrofes de la villa capitalina reclama su identidad en cada calle y muestra sin complejos su personalidad, su actualidad y su futuro en lo particular de su comercio, en lo babélico del nombres de sus bares, en lo anacrónico de sus puestos ambulantes.
En este primer día de reencuentro, mientras sigo repasando por encima
las cuentas de la Comunidad de Madrid, disfruto tanto de volver al que fuera el
barrio de mis abuelos como de poder
ir de nuevo a los toros. En Washington empecé la tarde. En el bar
Washington, me refiero, con una increíble tapa de oreja. De las del sur de
Madrid que alimentaron, colesterol acredita, tantos domingos de mi infancia.
Las cinco y media de la tarde sin comer no impidieron que descartara, por este
orden, un chino, un cubano, un kebab y un bar Manolo con fotos de toros antes de
aposentar mi debilitada anatomía en el barecito colombiano de tan intrigante
nombre. El éxtasis orejil con el que doblegué, primero, mi hambre y, luego, mi
gula me han impedido, ya lo siento, conocer el origen del desconcertante
toponímico. Ahora que el resurgir interior que protagonizan las toreras
picantes con las que obsequió mis cervezas Jenny y que parecen querer castigar
mi falta de curiosidad y empatía adquiero firmemente el compromiso de conocer,
y compartir, los secretos de la inspiración del titular del establecimiento y
sus íntimas motivaciones para honrar la capital del Distrito Columbia. Mi deseo
de repetir oreja hacen de su cumplimiento algo tan cierto como la muerte. Por
colesterol en este caso, me temo.
¡Qué bonito paseo por las afueras de la plaza he disfrutado!
Cuántas peculiaridades,
cuánta diversidad y
cuánta singularidad se
aprecia en cuanto te desenclaustras del barrio estándar de Salamanca. Prometen
estos próximos 10 días de feria vincularme de nuevo con el hábitat natural de
mi familia, con los primeros paisajes que recuerdo. Con ese General Ricardos
atascado, con esos paseos al canódromo, con esas calles sin luz a media tarde y
con escombros a media obra que facilitaban al tiempo travesuras y los
escondrijos necesarios cuando alguna se nos iba de las manos sin quererlo.
Carabanchel a
efectos de toros no ha sido ni un
barrio ni un pueblo cualquiera. Construyeron en la finca de Vistalegre
una coqueta plaza en 1908 y la tradición taurina de los extremeños y andaluces
que poblaron el municipio la mantuvo en un más que digno nivel de competencia
con las Ventas. En los años esplendorosos de “La oportunidad” o del lanzamiento
del por entonces novillero Curro
Vázquez por ejemplo llegó algunos meses incluso a superarla en
cantidad y calidad de festejos. Ese aroma de tradición taurina es lo que más he
echado hoy de menos. No ayuda el diseño
semiprefabricado del ahora denominado Palacio de Vistalegre. No
ayuda su tamaño, que lo encaja sin dejarle opción de que respire,
arquitectónicamente hablando. Ni tampoco ayuda haberlo encaramado al techo de
un centro comercial. Literalmente parece que alguien la apoyó ahí porque no
había otro hueco en la zona. Las limitaciones del covid tampoco ayudan al
ambiente prefestejo. Las medidas de prevención, irreprochables, abundantísimas
y muy bien ejecutadas gracias a un descomunal despliegue de personal enfrían
los ánimos del reencuentro de los aficionados. En la distancia impuesta entre
ellos languidece la energía que
normalmente se retroalimenta y que tanto y tan bien preparan el ambiente
emocional que disfrutas, por ejemplo, en la Plaza de
toros de Las Ventas prepandemia.
Siendo cierto no es lo más importante y estoy seguro de que a medida que
avance la Feria, aparezca el relumbrón de sus carteles, se colmate el aforo
permitido y entendamos que este es el San Isidro que tenemos, que no va a haber
otro, tendrán menos importancia estos detalles. Desde luego hay que reconocerle
a la empresa, y a los toreros, la
voluntad y la determinación de sacar este evento, imprescindible a estas
alturas para la fiesta, adelante. Espero que la afición reconozca este esfuerzo
con su asistencia.
Tarde entretenida esta primera. Con toros muy bien presentados y tres toreros elegantes. Más dificultades tenían de las que aparentaban, los toros, y se han empeñado en acreditarlo, incluso a los ojos menos avezados o más alejados de la arena, en forma de sustos y sobresaltos, apretones y volteretas. Especialmente el cuarto con una muy peligrosa al banderillero Jesús Fernández y otra muy contundente a López Simón. Le lanzó contra el suelo con tal poderío que le costó al madrileño varios minutos poner en orden su anatomía, que hubo momentos que estoy seguro no manejaba total consciencia de la ubicación de sus miembros. Afortunadamente su encuentro con el suelo comenzó con su cadera, no con su cuello, y su pundonor hizo el resto en el remate de una faena de mucho mérito. Lo que nadie podrá evitar será un moratón que en un par de días será más grande que sus bermudas.
Álvaro Lorenzo, Serio, firme y en torero lo pasó peor con el segundo y con la espada. En el quinto,
con una paciencia muy inteligente, hilvanó una faena que acabo un poco a menos,
lo que seguramente hizo que algunos
protestaron en la recogida de una oreja, para mí, muy bien ganada.
Ginés
Marín, se mostró como es él en el sexto. Toreó con
temple, sinceridad y originalidad con el capote y aguantó mucho más de lo que se
aparentaba con la muleta. Un toro grande, el más basto de la corrida, que
pasaba por allí a duras penas y que domeñó con maestría Ginés antes de volcarse
en la estocada que consiguió la unanimidad en el reconocimiento. Una oreja que
hubiera cortado aún con más fuerza en esa plaza cerrada a la que, haciendo la
vista gorda, no haré más referencias.
FICHA DEL FESTEJO :
Plaza de Toros Palacio Vistalegre Arena de (Madrid). España. Jueves, 13 de Mayo 2021. 1er Festejo de Abono. 1ª Corrida de La “Feria Taurina de San Isidro Vistalegre 2021”. Seis toros de El Pilar de entre 534 y 563 kilos, todos con los cinco años cumplidos. Muy bien presentados. Serios, con cuajo, caja y cabeza. Difíciles en general, sin romper ninguno a bueno, exigentes con los toreros y en general de más a menos. El más peligroso el cuarto.
López Simón, (de verde oscuro y oro).
Ovación y ovación.
Álvaro
Lorenzo, (de gris
plomo y oro). Aplausos y oreja con protestas.
Ginés Marín, (de grosella y oro). Silencio y
oreja.
Casi lleno sobre el aforo permitido unos 30000 espectadores.
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