"FERIA DE SAN ISIDRO DE LAS VENTAS DE MADRID 2019" ROMÁN CORTA UNA VALIOSA OREJA Y GRAVE CORNADA A ESCRIBANO.
FERIA DE SAN ISIDRO DE LAS VENTAS DE MADRID 2019. 17° DÉCIMO SÉPTIMO FESTEJO 14ª DÉCIMA CUARTA CORRIDA DE ABONO : TOROS DE ADOLFO MARTÍN.
Decimoséptimo Festejo de San Isidro 2019 con toros de Adolfo Martín con lleno de "No hay billetes". Román corta una oreja en tarde irregular de Roca Rey que rozó la Puerta Grande.
FERIA DE SAN ISIDRO DE LAS VENTAS DE MADRID 2019. 17° DÉCIMO SÉPTIMO FESTEJO 14ª DÉCIMA CUARTA CORRIDA DE ABONO : TOROS DE ADOLFO MARTÍN.
Decimoséptimo Festejo de San Isidro 2019 con toros de Adolfo Martín con lleno de "No hay billetes". Román corta una oreja en tarde irregular de Roca Rey que rozó la Puerta Grande.
ANTONIO LORCA
Román Collado, con La Oreja. |
Roca Rey, Saludos. |
Roca Rey tuvo en sus manos la puerta grande y la perdió en el último
momento al fallar con la espada. Le tocó en suerte en mejor toro de la tarde,
el sexto, el de más calidad y casta -el menos adolfo de los seis, si se
exceptúa el dulzón primero-, y lo muleteó lo mejor que sabe, como si toreara
un domecq. Aprovechó la
pronta embestida del animal, su fijeza y humillación, y las tandas brotaron con
la intensidad que produce el toreo largo, hilvanado y bien abrochado con el de
pecho. Bien plantado en todo momento, toreó, es verdad, al hilo, despegado, con
la pierna retrasada, ventajista y escasamente profundo. Pero el público de Las
Ventas, generoso siempre y más
con las figuras, no repara en tales tecnicismos y se entusiasmó con la labor
del torero peruano. La faena bajó de tensión con la mano izquierda, el toro
también ya exprimido en su fortaleza, y la euforia colectiva la apagó el
pinchazo que precedió a la estocada final.
Pero ¿estuvo bien Roca Rey, a
la altura del compromiso de los toros de Adolfo Martín que le tocaron en el
bombo?
Pues no.
La
impresión que produjo es que estuvo sin estar en él, muy presionado,
apesadumbrado, embotado, como superado por el serio compromiso. No hubo toreo
de capote, ni quites,
ni chicuelinas, ni gaoneras, ni arrucinas. Precavido en todo momento, sobre
todo ante el descastado y complicado primero -una y no más-, se tentó la ropa,
y supo -lo sabría de antemano- que un adolfo es cosa seria. De ahí, que pasara inadvertido ante su soso primero, despegado y sin confianza.
El
comienzo de la corrida fue de película. Atentos. Suenan clarines y timbales, y Escribano, capote en mano, se
encamina hacia la puerta de toriles. ¡Qué valor!, comentan unos; ¡qué locura!, otros. Y se
hace el más absoluto silencio cuando el torero se arrodilla en los medios e
indica al torilero que abra la puerta de los miedos.
Más
de 23.000 almas posan su mirada en el lugar de los hechos y aguantan la
respiración. Escribano, inmóvil, y la frecuencia cardiaca en alto voltaje.
Uno,
dos, tres, segundos, quizás… La plaza entera esperaba que saliera ese toro de
bella estampa, alto, desafiante, bien cornamentado y que, posiblemente, se
frenaría antes de llegar al torero y lo pondría en apuros.
Y
salió… una sardina ("Oye,
cuidado con lo que dices, que es un adolfo"). Bueno, pues salió un torete;
mejor, un toro armónico, bonito, estrecho de sienes, como dicen los muy cursis,
justísimo de trapío e impropio de esta plaza.
Y
oh, sorpresa. Los tendidos quedaron en silencio porque era un adolfo,
respetabilísimo hierro, pero si el toro luce otra divisa se forma aquí la
marimorena.
Lo
que es la vida…
Después,
el toro fue un bendito, pariente cercano de los artistas de
Domecq. Blando,
nobilísimo, soso, que embistió, cuando lo hizo, con fijeza y dulzura. Un
artistón indolente. Escribano,
que lo banderilleó con mucha soltura, insistió sin mucho sentido, en una faena
de muleta eterna y cansina, y nada bueno pudo sacar del bonancible
comportamiento de su oponente.
Completamente
distinto fue el cuarto. Lucía dos pitones largamente astifinos en el cuerpo de
un serio señor toro de gran trapío.
Lo picó muy bien Juan Francisco
Peña, acudió alegre y con fiereza a las banderillas, y Escribano se lució en los dos
primeros pares, y falló en el tercero, que citó sentado en el estribo y con
intención de hacer el quiebro por dentro.
Sobre
el papel, era el toro de la tarde. El torero lo esperó en el centro del anillo,
citó de lejos y lo recibió con dos pases cambiados por la espalda en otro de
los momentos verdaderamente emocionantes del festejo. El animal embistió con
templanza y fijeza, y el torero estuvo a la altura en dos buenas tandas con la
derecha. El tendido apostó por el toro, cada vez más tardo en sus embestidas,
al tiempo que el animal no olvidó su sangre, y en un muletazo por la izquierda
enganchó al torero y lo corneó gravemente en el muslo izquierdo.
Román salía de la enfermería cuando entraba Escribano. Le había producido un puntazo el segundo de la tarde,
soso y de malas intenciones. Y se desquitó ante el quinto, encastado y fiero,
al que el valenciano le hizo frente con firmeza,
valor, pundonor y una muy valiosa entrega.
Muchos muletazos de su intensa faena tuvieron enjundia y profundidad, y paseó
con todos los honores una muy merecida oreja.
¿Adolfos? No te puedes fiar. No
perdonan. No son toros fáciles. Miden y aprenden. Las figuras huyen de ellos. Y Roca ya habrá pensado
aquello de "Una y no más".
FICHA DEL FESTEJO :
Plaza de Toros Monumental de Las Ventas; Madrid. España. Jueves 30 de mayo 2019. 17° Decimoséptima Festejo de Abono. 14° Decimacuarta Corrida de "Feria de San Isidro 2019". Lleno de "No hay billetes" (23.624 espectadores
según la empresa). Al festejo asistieron el rey emérito y la infanta Elena
Toros de Adolfo Martín, desigualmente presentados -impropio de esta plaza-, irregulares en el
caballo, encastados, sosos y complicados; destacaron los tres últimos en el
tercio final, especialmente, el sexto.
Manuel Escribano: -aviso-, estocada
trasera y caída (silencio). Fue cogido por el cuarto. Sufrió una herida en el
muslo izquierdo con una trayectoria de 25 centímetros que produce destrozos y
contusiona la vena femoral. Pronóstico: grave.
Román Collado: casi entera atravesada
y un descabello (ovación); dos pinchazos y estocada trasera -aviso y segundo
aviso- (ovación en el que mató por Escribano); estocada, -aviso- (oreja).
Sufrió una herida en la región glútea de 5 centímetros que lesiona fascia
superficial y glúteo mayor. Pronóstico: leve.
Roca Rey: pinchazo y estocada
(silencio); pinchazo y estocada (ovación).
Parte médico de Manuel Escribano : «Herida
por asta de toro en cara interna 1/3 medio muslo izq., con una trayectoria
hacia externo craneal y posterior de 25 cm. que produce destrozos en
musculatura aductora, vasto interno, contusiona vena femoral, lesiona
colaterales, rodea cara posterior de fémur y alcanza cara posterior 1/3
superior del muslo. Es intervenido quirúrgicamente en la Enfermería de la Plaza
de Toros. Se traslada a la Clínica de la Fraternidad Muprespa Habana.
Pronóstico: Grave».
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