"FERIA DE FALLAS DE VALENCIA 2016" MUCHO MÁS QUE UNA TARDE DE TOROS PACO UREÑA CORTA UNA OREJA.
FERIA DE FALLAS DE VALENCIA 2016: 3ᵉʳ TERCER FESTEJO DE ABONO : 2ª SEGUNDA CORRIDA : TOROS DE ADOLFO MARTÍN : RAFAEL RUBIO "RAFAELILLO", MANUEL ESCRIBANO Y PACO UREÑA.
Valencia, Feria de Fallas, Corrida de Adolfo Martín muy bien presentada pero mala en cuanto a juego. Los Diestros Murcianos Triunfan en una jornada marcada por las manifestaciones en defensa de la fiesta de los toros.
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Paco Ureña, Oreja.
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Fue
mucho más que una tarde de toros. La emoción desbordada de la histórica manifestación se
mezclaba con el sonido de los clarines y timbales, y el "Pan y toros" que te
sacude en sus primeros acordes. De la reivindicación sensata y cívica dando la
cara por la cultura taurina, sin máscaras ni pinturas ni performaces para
llamar la atención, a la crudeza de la corrida de toros. Seis de Adolfo ahí
para el cartel más redondo de Fallas 2016. Redondo porque si hay tres indiscutibles
en su sitio y en su cartel esos eran "Rafaelillo", Manuel Escribano y Paco Ureña.
La calle llena y la plaza casi llena. Mucho se tuvieron que volver tras alzar
la voz en las calles de Valencia.
La
corrida de Adolfo Martín tuvo el diapasón bajo. Escasa de poder. Pero con esa
retranca de los grises, que nunca se quedan para cucamonas, pero sin remontar
agradecidos. Y poniendo al precio de un potosí esas embestidas, que las hubo.
Que si no tuvo poder, exceso de fortaleza, sí permitió el triunfo. Los
murcianos "Rafaelillo" y Paco Ureña por poco lo arañan. Qué tíos.
El
primero de los Adolfos, el primer "Aviador" de los cuatro que salieron, le puso
la pausa a la jornada. Flojo de remos. Demasiado. No acompañó a la tanta
dulzura y no hubo qué hacer por parte de Rafael Rubio "Rafaelillo".
Paco
Ureña se rompió de toreo. Más puro imposible. Y la entrega, absoluta. Como si
quisiera explicar la esencia de todo aquello que había movilizado a 30.000
personas. La verdad de la relación entre el toro y el hombre. Ofreciendo el
pecho, ensimismado en sí. Eh, toro. Y rompía por abajo el muletazo enroscado a
la cadera. El Adolfo ahí. Una serie de temple rebosante sobre el filo por la
derecha. Y de repente un gañafón, una paliza, un pitonazo tan feo que le
arranca el corbatín y en el tendido alto de sombra, alguien que debe apreciar
mucho a Ureña, se devanecía como si el pitonazo lo hubiera recibido ella. Pero
se levantaba Ureña, más sincero aún, le robaba otra serie y de un espadazo lo
tumbaba. Caía una oreja fuerte y tras saborearla pasaba a la enfermería.
"Rafaelillo"
le pegaba un zapatazo a la tarde. Salía "Madroño" y lo recogía con rodilla en
tierra por verónicas auténticas. Sinceridad y una media para que estallara la
ovación del coso de Valencia, que desde hace un tiempo acogió a Rafael Rubio e
iluminó su torera madurez. No rompe el toro tal cual. Va el esfuerzo. "Rafaelillo" apuesta. La emoción preside aquello. Por la mano diestra, muy abajo.
El murciano se crece, le traga, va calando y el pitón izquierdo, resguardado
para el final. De repente sucede al natural. Una cuarta de muleta abajo, que
extrae el brillo a la embestida y "Madroño" que se resbala hasta allá. Hay
fondo y toreo clásico. Una cuarta, abajo, enganchado y atrás. Otro impacto. La
faena se multiplica en su final, el espadazo y una oreja que a lo mejor tenían
que haber sido dos.
Manuel
Escribano estuvo en exceso fácil, salvo en banderillas, que no lo acabó de
disfrutar. Lo mejor fue el recibo de capa ante el segundo. Tiene el temple
innato. Las verónicas hasta el centro y la media, voladas perfectas. Incluso la
larga con las que recibió al quinto tuvieron cadencia. Una a porta gayola y la
otra perfecta de compás ya en el tercio. Quien lo tiene lo tiene. Pero de la
corrección templada no traspasó más allá. Con su primero emborronó a espadas.
Ya con el quinto no encontró continuidad, y eso que por el izquierdo tuvo
intención de irse lejos otro de los "Aviadores". Silencio y ovación.
El
sexto fue un albaserrada largo y huesudo. Como amiurado. De 600 y poco kilos.
Era como los altos: torpe en el movimientos. Mas luego embistió con cierto buen
aire. Casi que el mejor. Ureña, que brindó a la organización de la manifa,
volvió a sacar insultante pureza, entrega y verdad. Se enfrontiló con el
gigantón y se lo ciñó unas cuantas veces. Faena a más. De argumento y toreo
caro. La espada le cerró un triunfo merecido. Suyo y de todos. Qué día: ¡para la
historia!
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Paco Ureña. |
FICHA DEL FESTEJO :
Plaza de Toros de Valencia. (España). Domingo 13 de Marzo de 2016. 3ᵉʳ Tercer Festejo de Abono. 2ª Segunda Corrida de La "Feria de Fallas de Valencia 2016”. Toros de Adolfo Martín, de buena presentación pese a su desigualdad de volúmenes y en tipo de su encaste, salvo el destartalado sexto. En general, a la corrida le faltó mayor empuje y brío en sus embestidas, aunque hubo algunos ejemplares que se emplearon con nobleza y cierta calidad. serios, sin entrega en el último tercio. desfondado el (1°), dormido y desentendido el noblón (2°), de contada duración por el izquierdo el (3°), agarrado al piso pero muy humillado el (4°), de mejor pitón derecho; se vino abajo el (5°), desfondado el (6°).
Rafaelillo: (de grosella y oro). pinchazo y estocada (silencio); estocada trasera y desprendida —aviso—(oreja).
Manuel Escribano: (de sangre de toro y oro). pinchazo, casi entera baja, trasera y tendida, otro pinchazo —aviso— y descabello (silencio); media estocada (saludos).
Paco Ureña: (de malva y oro). entera trasera, algo desprendida y perdiendo la muleta (oreja); dos pinchazos, casi media —aviso— y dos descabellos (silencio).
Notas: La plaza casi se llenó en tarde fría y ventosa, en el tercer festejo del abono de la Feria de Fallas 2016.
Plaza de toros de Valencia
La plaza de toros de Valencia fue construida entre los años 1850 y 1860 en el solar de una plaza anterior que por problemas de presupuesto nunca llegó a terminarse. Es neoclásica, concretamente dórico sencillo, inspirada en la arquitectura civil romana, el anfiteatro Flavio (Coliseo), o el anfiteatro de Nimes (Francia). Fue construida por el arquitecto valenciano Sebastián Monleón Estellés. Su estructura la forma un polígono de 48 lados, con 384 arcos al exterior, realizados en ladrillo siguiendo el estilo neomudéjar.
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