"FERIA DE SAN ISIDRO DE LAS VENTAS DE MADRID 2014" UNA LOCURA MARAVILLOSA, PUERTA GRANDE DE FANDIÑO.
FERIA DE SAN ISIDRO 2014 MADRID - 5° QUINTO FESTEJO DE ABONO : 4ª CORRIDA DE FERIA : TOROS DE PARLADÉ : MANUEL JESÚS "EL CID", IVÁN FANDIÑO Y ÁNGEL TERUEL.
Las Ventas : Feria de San Isidro 2014
Iván Fandiño,Puerta Grande tras cortar una oreja a cada toro. |
Iván
Fandiño abrió la primera Puerta Grande de la Feria y de la temporada de Las
Ventas 2014, después de cortar una oreja a cada uno de sus toros de Parladé, que echó
en la Monumental una buena corrida. Fandiño estuvo toda la tarde decidido a
plantar las zapatillas en la arena y a conducir largo y por abajo las
embestidas de sus toros. Lo consiguió en buena parte de la faena al exigente
segundo y en casi toda su labor con el quinto cuando surgió el mejor toreo de
la tarde. Para asegurar la Puerta Grande se tiró a matar sin muleta cobrando
una espectacular estocada. Aunque el toro tardó en doblar y falló con el
descabello, llegó la segunda oreja y la salida a hombros. Manuel Jesús 'El Cid'
no se encontró muy a gusto en toda la tarde y sólo en algunas fases pudo correr
la mano. Ángel Teruel apuntó algunos detalles, sobre todo ante el sexto.
Manuel Jesús 'El Cid' con el toro que abrió la corrida. |
Iván Fandiño con la diestra ante el segundo; le cortó una oreja. |
Buena estocada de Ángel Teruel al tercero. |
Verónica de El Cid al cuarto toro. |
Ángel Teruel estuvo templado con el sexto. |
El público de Las Ventas, entusiasmado con la faena vibrante, temperamental y arrebatadora de Fandiño al bravo y encastado toro quinto de la tarde, se quedó de piedra cuando el torero tiró la muleta y se perfiló para matar sin defensa alguna a metro y medio de dos perchas astifinas que asustaban desde el tendido. “Está loco”, pensó la plaza entera. Y Fandiño, entre el silencio ensordecedor de la tensión extrema, se tiró materialmente sobre el morrillo del animal, que lo encunó entre los pitones, lo lanzó hacia el cielo hasta dar una vuelta de campana completa antes de estrellarse contra la arena. El torero se levantó movido por un resorte para comprobar, feliz, que la espada estaba enterrada en todo lo alto. Y los tendidos, de forma unánime, estallaron en un grito emocionado, expulsado del alma, incapaz a estas alturas de aguantar tanta turbación. ¡Maravillosa locura…!
Hacía tiempo que no se vivía un momento tan arrebatador como el que protagonizó Iván Fandiño, que expuso la vida de verdad, y apostó sin dudarlo entre la puerta grande o la enfermería. Solo una inmensa suerte impidió que los pitones hicieran carne, la misma que le faltó para que el toro cayera con rapidez, lo que hubiera supuesto el premio incontestable de las dos orejas. Sea como fuere, Fandiño fue ayer un auténtico héroe, un loco —para hacer lo que hizo no se puede estar muy cuerdo— y un torerazo de los pies a la cabeza.
Pero antes de esa conmoción
general, el torero había hecho gala de su extraordinaria disposición, y había
toreado con pureza y mando a un toro encastado y fiero que exigía un diestro
muy bien plantado y con las ideas muy claras. La locura, entonces, fue
inteligencia verdadera, valor sin cuento y entrega sin límites. Comenzó la
faena de muleta con dos pases cambiados por la espada muy ceñidos que cerró con
un vistoso pase del desprecio. Tomó la mano zurda y con ella dibujó cuatro
tandas de naturales largos, profundos, emotivos y magníficamente abrochados con
el de pecho. Dos más del mismo tenor con la derecha, y el toro que seguía
queriéndose comer la muleta en cada cite. Y cuando Las Ventas rugía
entusiasmada, va Fandiño y tira la muleta. “Este tío está loco…”. Claro que sí,
enfermo de una maravillosa locura.
Pero el discurso magistral de Fandiño había comenzado en su primero, un
manso encastado, fiero y áspero, al que le aguantó lo inaguantable en tres
tandas con la derecha, siempre citando de lejos, y viendo venir una mole
enrazada a la que consiguió doblegar con mando y quietud. Siguió por naturales
y sorteó las embestidas cabeceantes y violentas del toro en una labor
arriesgada, presidida por el valor seco, el oficio y la seguridad. No hubo
clímax, pero se le reconoció su decidida actitud para el triunfo.
Un problema de actitud; esa fue, quizá, la contrariedad que mostró El
Cid toda la tarde: que llegó con pocas ganas, con el ánimo bajo, vencido, con
la imagen de la derrota en el semblante. Quizá, no, pero ese fue el mensaje que
el torero transmitió a los tendidos. No se acopló a la verónica con su noble
primero, y no se sintió seguro con la muleta en las manos, muy despegado,
siempre ayudándose con el estoque simulado, y unas prisas extrañas por salir
del terreno del toro. A Manuel Jesús le pudo la impotencia. Y otro tanto le
sucedió ante el cuarto, más áspero y bronco que el otro, con el que se mostró
desconfiado en exceso. Ya lo dijo alguien: quizá, no volvamos a ver nunca más a
El Cid glorioso de otra época.
Y Ángel Teruel es torero frágil, fino, elegante y poco placeado. Torero de detalles, que los tuvo. No se enfadó, y dejó aislados destellos de clase, algún dibujo al natural y la sensación de que así nunca romperá. La verdad es que tampoco le ayudó la explosión arrebatadora de un loco maravilloso.
Plaza de Toros Monumental de Las Ventas de Madrid, Martes 13 de Mayo de 2014. 5° Quinto Festejo de Abono. 4ª Corrida de la "Feria de San Isidro 2014".
Casi lleno de Entrada, Toros de Parladé. Bien presentados. Cumplidores en los caballos, a excepción del manso segundo, encastados, fieros y ásperos. Noble el primero y bravo el quinto. Una Corrida de alto interés.
Manuel Jesús "El Cid": dos pinchazos, estocada —aviso— y dos descabellos (silencio); media (silencio).
Iván Fandiño: estocada (oreja); estocada sin muleta —aviso— y dos descabellos (oreja). Salió a hombros por la Puerta Grande.
Ángel Teruel: estocada —aviso— (silencio); media —aviso— y un descabello (silencio).
Toros de Parladé para Manuel Jesús "El Cid", Iván Fandiño y Ángel Teruel.
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