"FERIA DE ABRIL DE SEVILLA 2013" "EL JULI" TRIUNFAL EN EL DOMINGO DE RESURRECCIÓN EN LA MAESTRANZA.
FERIA DE ABRIL DE SEVILLA 2013 : 3ᵉʳ TERCER FESTEJO DE ABONO : 3ª CORRIDA DOMINGO DE RESURRECCIÓN : TOROS DE GARCIGRANDE-DOMINGO HERNÁNDEZ : MORANTE DE LA PUEBLA, JULIÁN LÓPEZ "EL JULI" Y MANZANARES.
Sevilla : Feria de Abril 2013
Las claves del triunfo de Julián López "El Juli" en Sevilla en la corrida de toros Domingo de Resurrección. Sale por la Puerta Grande del Príncipe.
Cualquiera se mete a profeta
Lo mejor que tienen los toros es que aquí nadie es capaz de profetizar lo que va a ocurrir cada tarde cuando se abre la puerta de chiqueros.
Un ejemplo es lo ocurrido en la corrida del pasado Domingo de Resurrección en Sevilla. Por la mañana, se conseguía completar, no sin dificultades y a duras penas, con un remiendo de Parladé, la corrida de ese día (Garcigrande-Domingo Hernández). Baile de corrales que no hacía presagiar nada bueno. Para colmo, a la misma hora, los partes meteorológicos predecían fuertes lluvias toda la tarde.
Malos auspicios que parecían cumplirse cuando a la hora señalada para el comienzo empezó a llover como solo llueve en Sevilla cuando hay toros o procesiones de Semana Santa.
El mejor lote le correspondió a Manzanares. En la foto de Arjona para Aplausos, se aprecia la manera de meter la cabeza el tercero de la tarde.
Ese valor (que comparten
necesariamente los toreros de su cuadrilla) es el que le permite dejarse crudos a muchos
de sus toros. Como ocurrió ayer en su segundo, quinto de la tarde, al que Salvador Núñez picó
de forma sensacional, midiéndole mucho en el segundo puyazo (En el primero, le
había tirado el palo con arte y maestría sumas). Un toro que, por ello, llegó
muy agresivo y
entero a banderillas donde cogió
con mucha saña al Niño de
Leganés que recibió tres cornadas.
Impresionante cogida del Niño de Leganés. El toro lo derribó al banderillear y lo corneó en el suelo repetidamente buscándolo con mucha saña (Fotografías de la web de la empresa Plaza de Toros de Sevilla)
Cuando toda la plaza se estaba recuperando de la impresión que produjo la cogida (la cornada era evidente), "El Juli", sin importarle el viento ni el estado del toro, se plantó en los medios de la plaza. El toro se le arrancó con el mismo brío y fiereza que lo había hecho en el segundo tercio y "Juli" lo recibió, como quien no quiere la cosa, con mucha firmeza. Allí mismo (ante el derroche de casta del torero) se acabó el derroche de casta del toro que fue luego, domeñado por la poderosa muleta de Julián, un dechado de bravura y nobleza.
Pero eso fue luego, antes "El Juli" tuvo que ponerse en el sitio y aguantar al toro sus cinco o seis primeras y agresivas arrancadas.
La imagen de la tarde (y de muchas tardes). "El Juli", muy seguro de si mismo (posiblemente la única persona en la plaza que no se impresionó con la tremenda cogida del Niño de Leganés), espera impasible y plantado en los medios, a Tramposo, el bravo toro de Domingo Hernández que galopa en pos de la muleta y del torero.
Clave nº 2. Conocimiento de las reses
Otra cualidad -común a los grandes toreros- ha sido su genial intuición (muchas veces precoz) para entender el comportamiento y anticipar las reacciones de las reses. Comportamiento tan complejo que, para muchos profesionales, sigue siendo un enigma incluso después de retirados.
En el ruedo hay que tomar muchas decisiones, casi todas sobre la marcha, pues el toro no concede un respiro y, por tanto, no hay casi tiempo para pensar.
En la actuación de ayer del "El Juli", no hubo una sola decisión que no estuviera justificada y motivada por el comportamiento de las reses que le tocaron en sorteo. Algo muy importante, pues cuando se tiene esa capacidad y se les hace a los toros lo que estos piden, todos los toros parecen mejores de lo que lo son.
Eso es lo que pasó ayer. Julián no tuvo el mejor lote (tampoco el peor) pero hubiera dado igual pues cuando no se da un sólo paso en falso en la plaza, casi todos los toros responden.
"El Juli" no tuvo el mejor lote pero cuando se torea parando, templando y mandando como torea "El Juli", entonces la mayoría de los toros responden por muy escondida que esté su bravura y su nobleza. Porque cuando no lo está, aquello florea (Foto Arjona para Aplausos)
Clave nº 3. Conocimiento de las suertes
La intuición en el conocimiento de las reses suele ir unida en los maestros de la tauromaquia a la precisión en el manejo de los engaños y a la largura en los repertorios.
Si el paradigma histórico lo representa Joselito el Gallo, es hoy día "El Juli" el torero que –en mi opinión- mejor aúna ambas condiciones.
Este sensacional quite
del maestro Julián, alternando cordobinas,chicuelinas
y tafalleras con mucho mando y elegancia, provocó
un clamor en la plaza (Fotografía
de la web de
la Empresa)
"El Juli" no sólo desplegó ayer en el ruedo de la Maestranza todo un magnífico repertorio (tanto con el capote y la muleta) de variados y bellos lances sino, lo que es mejor aún, fue que, para él, pareció como si no hiciera viento.
Sin embargo, viento hubo y mucho. La diferencia, con los otros toreros que han toreado este fin de semana en las mismas adversas condiciones climatológicas, está en la capacidad de este torero de controlar los engaños con la máxima precisión. En la muleta, por ejemplo, el torero dio todo un curso universitario de como la flámula se coge y maneja.
Y es que cuando se dominan las telas, hasta parece que el viento molesta menos.
Cogiendo así de bien la muleta, el viento molesta mucho menos (Fotografía de la web de la empresa de la plaza de toros de Sevilla)
Clave nº 4. Distancia y ritmo
Si el toreo es, como dicen, geometría, ayer recibimos también una lección de “descriptiva”. No solo en la elección que, en cada momento de la lidia de cada toro hizo el torero de los terrenos (ora las tablas, ora el tercio, ora los medios. Sobre todo, los medios) sino también en las distancias a las que se debe citar. Cada toro, y aun cada momento de la lidia de cada toro, pide una distancia precisa. No hay en esto, como no lo hay en el toreo, reglas fijas. Ni hay que citar de lejos, ni hay que citar de cerca. Hay que citar a la distancia que pide, en cada momento, cada toro. En eso, también fue redonda la actuación del "El Juli" ayer.
Tan importante como la distancia es el ritmo de la faena. Las pausas que el torero concede al toro entre lance y lance y entre tanda y tanda para que este recargue las “pilas” o (como diría Manolo Martínez) reordene mentalmente su instinto de embestir.
Ejemplo de esto fue (como comentaba y nos explicaba el maestro Fernando Cámara) la faena a su primer toro,de nombre Habanero. Un toro noble pero con tendencia a la huida y que posiblemente se le hubiera rajado si el torero lo hubiera acosado con excesiva insistencia. Creo que ese toro, en otras manos, no hubiera dado el mismo resultado.
"El Juli" se desplanta ante los astifinos pitones de Habanero, primero de los toros de su lote (Fotografía de Arjona para Aplausos)
"El Juli" le dio mucho sitio (y tiempo) en las dos primeras tandas con la derecha para que el toro se creciera. Luego, con la izquierda pudo atacarle más, como a él le gusta. Como la banda empezó a tocar tarde, el torero tuvo que alargar la faena con una tanda de propina donde el toro acusó su condición. Excelente el torero y el público. Desacertada la música, como ya es habitual en esta plaza.
Clave nº 5. Ambición torera.
Hoy por hoy, "El Juli" está dispuesto a triunfar por adversas que sean las condiciones a las que se enfrente. Y el caso es que no lo tiene fácil pues su toreo técnico y cerebral, nada heroico (aunque derroche valor a raudales) ni artístico (aunque cada vez se le vea más elegante en la cara del toro, sobre todo en los remates) no es de los que encandilan a los públicos y a veces ni siquiera a algunos aficionados. Algo que han sufrido antes todos los toreros de su misma cuerda.
Pero toreando como toreó ayer, muy encajado de riñones, con los engaños sumamente bajos y muy acucharadas las telas, llevando al toro muy, pero que muy, toreado en un recorrido largo, larguísimo, que, a veces, parece infinito, no hay quien se le pueda resistir y no tenga (aunque sea a regañadientes) que reconocer su capacidad, poderío e inmensa torería.
Incluso cuando se estira, la muleta de "El Juli" arrastra más de la mitad de la tela por la arena. Eso es torear por abajo. (Fotografía de Arjona para Aplausos)
Y eso que su toreo es, a priori, un toreo a contraestilo de la plaza de Sevilla y de la afición sevillana, una afición que, sin embargo, se entregó incondicionalmente ayer al toreo de este torero, hasta el punto de pedir, con justa insistencia, que le concedieran el rabo de su segundo toro. Algo que no veíamos en este plaza desde hace mucho tiempo.
Por lo que respecta al escalafón, "Juli" compite con todos los toreros. Y cuando se le acaba la competencia con los demás (como le pasó ayer cuando ni Morante ni Manzanares pudieron seguir su ritmo, desbordados y quizás apabullados por el madrileño) compite consigo mismo.
Por eso, estuvo inconmensurable y, por eso, no se le ve a este torero, al día de hoy, techo alguno.
La impresión que dio en la plaza es que, por ahora, el único torero capaz de competir y superar al "Juli" es el propio "Juli".
Ahora mismo y pese a todos lo reparos que se le quieran poner, "El Juli" está a una distancia sideral y estratosférica del resto de sus compañeros. Sus ansías de triunfo son, además, infinitas (Foto Arjona para Aplausos).
Editor : German Parra.
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