"FERIA TAURINA DE FALLAS DE VALENCIA 2011" EL DIESTRO ALBERTO AGUILAR HERIDO GRAVE EN VALENCIA.
FERIA TAURINA DE FALLAS DE VALENCIA 2011 : 12° DECIMO SEGUNDO FESTEJO DE ABONO : 8ª OCTAVA CORRIDA : TOROS ADOLFO MARTÍN : RAFAEL RUBIO "RAFAELILLO", TOMÁS SÁNCHEZ Y ALBERTO AGUILAR.
Valencia : Feria Taurina de Fallas 2011
Herido el Madrileño Alberto Aguilar
Alberto Aguilar en el momento de su grave cogida. |
Bravos
toreros ante «adolfos» de fachada
Pasó
San José, el turno de las figuras y el toro de medio pelo. Llegó Adolfo Martín
y asomó por toriles la inmensidad de una corrida de imponentes pitones, remate
en las hechuras y vacío legal en la casta. Sólo fachada.
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Alberto Aguilar fue prendido por
el segundo de su lote, ayer, en la última corrida de Fallas. (Foto : La razón). |
Aplaudida
fachada y sorpresa en los tendidos cuando los toros intentaban saltar barrera,
más de uno, y de dos, hasta tres, el segundo lo logró; eso sí, de premiarse se
hubiera llevado el galardón: salto limpio y preciso. Y regresó al ruedo tras
pasearse por la mitad del callejón.
La de Adolfo puso un remate sombrío, aunque para héroes, con nombres y apellidos los toreros.
No le perdonó el sexto a Alberto Aguilar. Una décima de segundo para pensarlo. Una mala idea. ¿Un mal Adolfo? Ni malo ni bueno, de ese montón sin clase ni fondo, pero... Al natural, ese segundo en blanco y volteretón. Sangraba por la espinilla. Teñida de sangre la media en décimas de segundo también. El drama servido para cualquiera. No para él. Cojeaba, sí. Pero ahí, en el ruedo, y dando la cara con el señor toro que le acababa de herir. Había estado muy firme, muy auténtico, sin concesiones, fuera trampas, mano derecha puesta y vamos a torear.
Y tras la herida, vino la espada, la montó, un pinchazo, y entró. Sólo cuando vio asomar el pañuelo por presidencia tomó el camino de la enfermería. Nunca se le vio la prisa, el miedo ni la preocupación. ¿Qué llevaba en la pierna? ¿Cuál era el alcance de la cornada? Bendita locura.
También
hizo el esfuerzo con el tercero, que se desplazaba en el primer viaje, pero
otra cosa era dar continuidad a la embestida. Ahí no transigía. Aguilar anduvo
macizo y contundente.
Tomás Sánchez se hizo un hueco más grande en el corazón de su tierra. Su seriedad, con tan poco recorrido a la espaldas, impresionaba; tanto o más que los pitones del toro. En los albores de la faena al segundo, tras paso tibio por el caballo, tomó rápido la muleta; como si no diera tiempo a pensar. Tomás le administró el ritmo y de uno en uno, tragando, porque había que tragar las asesinas miradas del animal, sacó pases que luchaban siempre con el segundo envite, en el que el Adolfo se orientaba más. A ley se fue tras la espada y de ley fue la concesión de la oreja, que al presidente le costó soltar, cuando otras tardes cayeron orejas del cielo.
Ganada
estaba la puerta grande, pero la espada le crucificó en el quinto. Un calvario
pasó por la agilidad de cuello del toro por el derecho. Puso aplomo el torero,
del que sale del valor de verdad, y entrega en esos naturales buscando el pitón
contrario, anhelo del toreo sin fin... Y en algún resquicio lo encontró y ahí
mismo, el Adolfo le hizo presa. Se salvó de puro milagro. Pena de espada.
Rafaelillo contó con la mala suerte. Cumplió con su primero, que nunca acabó de definirse y quedó inédito con el cuarto que se echó nada más comenzar. Bravos toreros ante «adolfos» de fachada.
Plaza de Toros de Valencia del 12 al 20 de marzo:




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